jueves, 7 de julio de 2011

Entrevista

¿Cómo empezó tu acercamiento a la pintura?
Alejandro: Siempre fui fanático del dibujo. Pero cursé varias carreras antes de decidirme por el arte. Estudié en Córdoba, comenzando por agronomía, luego kinesiología, hasta que finalmente vi que todo eso no era para mí, y decidí dedicarme a la pintura. Estudié en la escuela de arte Figueroa Alcorta, donde aprendí muchísimo, ya que era mucha la práctica que se hacía, más que la teoría.

¿Cómo era allí la carrera de arte?
Alejandro: Eran cuatro años, y luego tres para recibir un título universitario. Yo estudié los primeros cuatro, después me casé, y empecé en dos oportunidades la segunda etapa, para obtener el título universitario, pero no lo pude terminar.

Eso en lo formal. ¿Y en lo íntimo? Cómo fue tu camino en la pintura.
Alejandro: Yo odiaba la pintura. Me metí por el dibujo. Pero de a poco, me fui metiendo en la pintura a través del óleo, como que le fui encontrando la vuelta. Ahora prefiero pintar, a dibujar, se invirtieron un poco los papeles. 

Decís que tus comienzos fueron el dibujo. Cuando pintas un cuadro, ¿vas directamente a la tela?
Alejandro: No. Primero trabajo mucho, haciendo lo que llamo bocetos, pero en realidad los elaboro mucho, quedan muy bien terminados como dibujos. Recién ahí los paso a la tela. También trabajo mucho en base a fotografías. 

¿Cómo es eso?
Alejandro: Hago dibujos tipo collage. Voy sacando imágenes de un lado y de otro, armo la composición en dibujo, y recién ahí lo paso a la tela.

¿Se puede aprender a pintar?
Alejandro: Sí, totalmente. Todos pueden aprender a dibujar y a pintar. El problema consiste en la parte creativa, en el vuelo, que se le llama, del artista, de su interior. Se puede llegar a copiar bien una imagen, un paisaje, pero por ahí falta la chispa, la creación.

Como definís a tu pintura, cuál es el enfoque le que querés dar.
Alejandro: Siempre tuve una tendencia un poco social de la pintura que hago, reflejar las cosas que van sucediendo, que veo en el país y en el mundo.

¿Tus cuadros surgirían entonces, más de un análisis previo, que de una inspiración repentina?
Alejandro: Es más que nada un análisis de lo que veo. De los noticieros, de la tele, de las cosas que van sucediendo incluso en la isla misma. Son cosas que me van golpeando, y las plasmo de esta forma.

Y además de lo social que intentas reflejar, ¿Cuál es el motor de tu pintura, que deseo intentas plasmar?
Alejandro: En cierta forma es definir una crítica de la sociedad. Por eso creo que lo óptimo para mi tipo de pintura, sería trabajarla en murales por ejemplo, para que lo vea todo el mundo. Como los muralistas mexicanos que contaban su realidad en las paredes. Pero bueno, acá el clima mucho no ayuda... Pero básicamente, esa es mi forma de expresar las broncas, lo que siento. Acá en Ushuaia hay varios plásticos que trabajan de la misma forma, soltando hacia afuera los problemas que hay.

Un tipo de pintura tan cruda, que refleja de manera casi dura la realidad, ¿Qué mirada recibe de parte de la gente?
Alejandro: La mayoría de la gente que se acerca para hablarme de mi pintura, me dice que le gusta lo que pinto, pero que no lo pondría en su casa. Y es lógico. La gente se prende enseguida con este tipo de pintura, se acerca, me habla. Por otro lado he mandado cuadros a muchos concursos y muestras, y mayormente he sido aceptado y he tenido premios y menciones. En cierta forma, eso me sirve de parámetro para ver cómo anda mi pintura.

¿Cuál es la mejor manera de observar un cuadro?
Alejandro: Generalmente se observa de alguna distancia, un metro y medio, dos, para ver la composición y ese tipo de cosas. Pero bueno, si uno hace una pintura hiper realista, de mucho detalle, es lindo observar a ver como lo ha manejado.

¿Y más allá de observarlo, que habría que tener en cuenta?
Alejandro: Lo fundamental es el impacto visual, y la técnica que utiliza. Ver si trabaja con espátulas, o con que elementos. Es muy personal la forma de observar un cuadro.

En una época como esta, tildada de frívola, ¿Es difícil tener una postura tan social en tu obra?
Alejandro: Es una pelea que tengo constantemente. Veo la chatura que hay, de todos los problemas que hay... ya la gente no reacciona. Y bueno, al menos en mis cuadros intento movilizarlos de alguna forma.

Pero con una temática así, ¿Se puede vivir del arte?
Alejandro: Yo vivo de los trabajos como docente, que me ayudan. Pinto porque me gusta, y me gusta expresarme de esa forma. Pero vivir del arte en la Argentina es muy difícil, digamos. Muy loco. Muy suicida.

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